lunes, febrero 02, 2009

"Seven Pounds" (Gabriele Muccino, USA 2008).


(Querido lector: si no ha visto la película, posiblemente no desee leer este comentario pues aparecen adelantos de la cinta. Si ya la vio, quizás no esté de acuerdo conmigo. Pero si hacemos un análisis concienzudo de los hechos y corremos la historia hasta el final, podríamos encontrarnos algunas sorpresas.)
Dios: sumas y restas. Esta es la filosofía en la que “cree” muchísima gente. La filosofía de la “justicia”. Ben Thomas (Will Smith) la lleva al límite con una sobredosis de manipulación sentimental. Restituir el mal por el bien, equitativa e igualitariamente, podrá parecer justo. Lo que queda claro es que eso NO es amar. Es hacer algo esperando tranquilizar la conciencia, pero no pensar en los otros, en el otro.
Una sociedad en la que no existe el perdón sino la justicia, donde el castigo, y aún más, el autocastigo es pagar: simplemente pagar. La conciencia sola es inmisericorde, o sea, sin corazón. La conciencia inmisericorde busca una salida pragmática y racional. Hice daño a siete –por el motivo que sea- ahora pago a siete.
¿Qué piensa el espectador "común" al ver esta cinta? Quizás nada. Sólo es capaz de experimentar sentimientos contradictorios, pero tristemente pocos consiguen traspasar la barrera de los sentimientos y poner a trabajar al hámster que todos llevamos arriba. ¿”Seven pounds” Ganará algún Oscar? No lo dudo. Quizás este sea el año del suicidio.
La cinta tiene algunos -pocos- momentos de buena fotografía, una edición que deja mucho que desear, como cuando se les olvida bajar al gran danés del carro y cuando Ben no sabe qué hacer con el regalo para Emily. El Director Gabriele Muccino ya había dirigido a Will Smith en “Persiguiendo la felicidad”. Will Smith es un actor a quien le gustan los temas más de fondo: la inteligencia artificial, el amor, la felicidad y ahora la muerte… ¡pero siempre con Hollywood! Quizás le convendría dar un paso más y acercarse al cine de arte.
El fin no justifica los medios. Las humillaciones y los insultos al pobre judío ciego Ezra Turner (Woody Harrelson) no se justifican ni siquiera para ver si es una “buena persona” que merezca sus córneas. El deseo de hacer el bien nunca es suficiente: hay que hacerlo siempre bien y empezando por uno mismo cuidando la vida porque, el que ama es el que da la vida por sus amigos. ¡Pero la vida, no la muerte! Ben Thomas comenzaba a encontrarle sentido a su vida al vivir para Emily Posa (Rosario Dawson), pero lo que parece una valiente determinación no es más que una señal de cobardía: prefiere evitar otra vez el sufrimiento de ver morir a un ser querido y acaba con su vida.

Otra extraña cuestión: Emily le dice a Ben: "¿Por qué tengo el sentimiento de que me estás haciendo un gran favor?" (Why do I get the feeling you're doing me a really big favor?). Ben le contesta: “Porque tengo el sentimiento de que realmente te lo mereces” (Because I get the feeling that you really deserve it). Casi parece que Ben toma el papel de un dios inútil que no ha sabido hacer bien su trabajo. Pero ¿realmente así es Dios? NO y mil veces NO. Eso es una perversión de dios. Dios no nos ayuda porque “nos portemos bien”. Ese es uno de los prejuicios más comunes sobre Dios. Dios nos da siempre cosas buenas: entre ellas, la que sustenta todas las demás: la vida. ¿Y si Dios no existe? En última instancia: si yo no me di la vida, no me la puedo quitar así como así. Ni siquiera para ayudar a otro. Lo único que da sentido a la vida es el amor. Pero nos encontramos con otro prejuicio hollywoodense: solo ellos equiparan el amor con el sexo. Pareciera que sin sexo no hay amor. ¿Lo que más necesitaba Emily Posa era un corazón o alguien que la amara? Quizás al paso de los años, se dará cuenta de que lo único que da sentido a la vida es el amor, el amor que acompaña también en el sufrimiento y en la muerte. No un supuesto amor que huye del sufrimiento por el camino del suicidio. Parece que Ben pensaba: “Ya obtuve mi última ración de placer, ahora sí ya me puedo morir” ¿un héroe o un cobarde?
Ella busca vivir y él se suicida. ¿No es esto un contrasentido? La verdadera vida, la que vale la pena ser vivida, no es sumar y restar. Es dar, darse día a día, minuto a minuto… no huir de la vida.

+ Siete almas, siete pesos
- mi vida
= ¿justicia?

No, y menos aún amor. ¿Qué opina usted querido lector?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Qué tal Luzma?, acabo de ver esta película y recordé que había escrito sobre ella, y wow, me encantaron tus reflexiones acerca de ella, sobretos¿do que Hollywood muchas veces trata de hacernos ver quu cietas situaciones son buenas cuando en verdad no lo son y tienen un significado más profundo.

Espero que escribas pronto en tu blog, ya que me encanta,

Saludos,
Giovanina

Paula Lago dijo...

Uy primero entonces mejora la veo y luego te leo porque parece muy buena reflexión lo poco que he leído.
Genial tu post.