domingo, septiembre 24, 2006

Las reflexiones de una gemela...


La urgencia de responder a la milenaria pregunta quién soy, es más apremiante siendo gemela. Hasta los 15 años, mi hermana gemela y yo habíamos compartido todo: el mismo espacio y tiempo en el vientre materno; la misma habitación y salón de clases. Edad, estatura, tono de voz y expresiones semejantes. Familia y amigos comunes. Pasatiempos compartidos. Yo no tenía cumpleaños, teníamos cumpleaños. ¿Quién soy? Me preguntaba entonces. ¿El resultado del amor entre dos personas? ¿La síntesis de un cúmulo de uniones ancestrales? ¿O un error de la naturaleza que separó una célula un instante antes de la división celular y el ser “iguales” nos hacía “diferentes”? Estaba claro que era “una de dos”. De distintas maneras nos lo habían dicho siempre: cuatas, gemelas, las dos, ese par. Con más cariño, con enojo o distraídamente, pero siempre fuimos “una de dos”. Todo compartido, doble, pero cada una éramos una sola. Nos dábamos cuenta de que, por muy parecidas que fuéramos a los ojos de todos, éramos completamente diferentes. Lo sentíamos y lo sabíamos: nuestros sueños, pensamientos y carácter eran indiscutiblemente distintos. La clave estaba en nuestro interior, aquello que la gente no veía. Aún compartiendo la mayor parte de nuestra cadena de ADN, cada una era una. El parecido interior entre nosotras era el mismo que con un chino, un africano o un nórdico: todo y nada. Un algo común: lo que nos hace ser personas; si bien, cada una única y cada uno un fin en sí mismo. Todo y nada en común. Éramos más que dos mejores amigas: nos contábamos todo y nos conocíamos mejor que a nosotras mismas, aunque en el fondo sabíamos que nuestros caminos, tarde o temprano, tomarían rumbos distintos. No lo habíamos elegido pero lo asumíamos con gusto. Nuestra condición de gemelas nos hacía exigir ser tratadas de manera diferente, pero siempre como personas.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Hola, su Blog me parece muy bueno, siempre con buenas selecciones cinematográficas y comentarios centrados sin llegar en ningún momento a ser muy críticos pero sin dejar pasar los evidentes errores de algunas películas. Me gustaría que comentara la última sensación del cine independiente estadounidense (así la catalogaron en ocio) "Juno" la cual me pareció una muy buena película, que nos muestra un poco el grado al que ha llegado la practicidad de la cultura "gringa", quedar embarazada a los 16 años y simplemente pensar en que no es el momento para críar, darlo en adopción, excelente. Algo deberiamos aprender sobre ello. Me gustaría que la comentara, la felicito por su blog y espero seguir visitandolo. Hasta luego.

Luz María dijo...

Juan Carlos:

Gracias por tus comentarios. Me alegra muchísimo que te guste mi blog.
He oído cosas tan contrarias de "Juno", que eso ya la hace interesante. Tu comentario me hace prometerte que la veré este fin de semana.
Saludos,
Luz María.

Anónimo dijo...

Juan Carlos:

¡No cumplí mi promesa! Y ya la quitaron del cine, pero estoy tratando de conseguirla por una vía ética ¿cómo comprarla pirata si intento ser una coherente profesora de ésta materia?

Mil disculpas de verdad. En cuanto la vea, subiré algo al blog.

Saludos,

Luz María.